El conflicto que por años ha vivido Colombia cumple los requisitos establecidos en el Derecho Internacional Humanitario ya que ha contado a lo largo de la historia con unos actores directos que son la guerrilla de las FARC, el ELN y los grupos paramilitares o Autodefensas. Estos grupos cuentan con mandos responsables e intereses políticos que de una u otra forma han legitimado su lucha armada en contra el Estado.
Los grupos armados ilegales de Colombia han utilizado el terrorismo y la violencia para producir miedo colectivo en la población. El politólogo, Eduardo Pizarro Leongómez, en su libro “una democracia asediada” dice que “el terrorismo es básicamente un arma psicológica, cuyo fin último es chantajear a un gobierno enfrentándolo a una opinión pública dispuesta a ceder por miedo”.
Los actores armados realizan prácticas terroristas con el fin de generar pánico en la población y llamar la atención del Estado, así los resultados de dichas acciones no estén dentro de su estrategia de guerra. Por ejemplo, se ha visto que la estrategia de guerra de las FARC, muchas veces, es atentar contra la infraestructura de Estado, las víctimas de estos atentados pueda que no estén dentro de su estrategia de guerra, sin embargo es catalogada como una acción terrorista.
La guerrilla viola constantemente el Derecho Internacional Humanitario al involucrar a los civiles en sus acciones terroristas y al atentar en contra de la infraestructura de la País. Pero los reportes internacionales también afirman que las Fuerzas del Estado en su afán por mostrar resultados positivos en la lucha contra la insurgencia, han incurrido en innumerables violaciones al derecho internacional humanitario y el mejor ejemplo son los llamados ‘falsos positivos’ o aquellos combates en los que la población civil queda en medio del fuego cruzado. En sus acciones no distinguen muchas veces entre combatientes y civiles.
NEGOCIACIONES CON GRUPOS AMADOS
Históricamente este conflicto se ha tratado por la vía política. La Constitución de 1991 fue producto del consenso entre Estado y grupos revolucionarios. El discurso del presidente Samper, en su momento, fue el de disminuir el narcotráfico. El discurso del presidente Pastrana, en su momento, fue el de suscribir acuerdos de paz con la guerrilla y de llevar a cabo un proceso de negociación de paz. El discurso del presidente Uribe estuvo influenciado por la comunidad internacional y fue el de eliminar a los grupos terroristas por la vía armada. También creó un marco jurídico que respaldó la negociación de paz y la desmovilización de las Autodefensas. La extradición ha sido la muestra de la lucha contra el narcotráfico. El actual discurso del Presidente Santos por un lado ha sido el de acabar con la guerrilla a través de la vía armada y por otro, enmarcar el conflicto entre las normas internacionales para que las acciones del Estado no sean juzgadas como delitos.
Así como las formas de negociación y el mismo conflicto han cambiado, también han cambiado los términos, definiciones y significados utilizados en este. Dicha terminología casi siempre tiende a perder su significado, dependiendo del interés político del momento.
En cuanto a la utilización de los términos por parte del Estado para dirigirse a determinado actor del conflicto, todo viene de la mano de la propuesta política que aplicó en su momento el presidente Álvaro Uribe quien por medio de la denominación de ‘terroristas’ pretendió quietarle poder político a los grupos armados ilegales frente a la comunidad internacional. El Estado le dio un uso político a la normatividad internacional ya que recurrió a citar la violación del Derecho Internacional Humanitario cuando se refirió a las acciones de los grupos armados, pero a la vez fue necio en reconocer la existencia de una conflicto armado para así darle status a los alzados en armas y poder iniciar una negociación de paz.
La intensidad y duración del conflicto colombiano ha tenido a la comunidad internacional monitoreando el accionar de los actores. Esta intervención se ha reflejado en el apoyo económico y político de las intenciones que han tenido cada uno de los gobiernos de finalizar el conflicto e incluso se ha prestado para mediar entre las partes, como es el caso de las liberaciones de secuestrados, en las que la comunidad internacional ha servido como veedora. Pero a la vez esta intervención en el conflicto colombiano ha sido vista de manera negativa por algunos mandatarios ya que, según ellos, ha truncado el ideal y los alcances de las propuestas políticas para acabar rotundamente con el conflicto, como la del presidente Uribe de eliminar a la guerrilla por la vía armamentista.
CÓMO INFORMAN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOBRE EL CONFLICTO ARMADO Y LA AMENAZA TERRORISTA
En cuanto al análisis que los medios de comunicación le dan a los contenidos que difunden sobre el conflicto armado, algunos medios brindan la posibilidad de hacer un mayor análisis de los acontecimientos. Otros, por la inmediatez, muchas veces no permiten realizar el análisis debido de los temas, lo que puede interpretarse como una ausencia de documentación y conocimiento de la normatividad del DIH, es por eso que encontramos discursos reproducidos y términos repetidos, muchas veces por ignorancia.
En una entrevista realizada a la editora política de la Revista Semana, la periodista María Alejandra Villamizar, ella asegura que “ha habido mucho avance, mucha conciencia, mucha preparación. Ahora existen agremiaciones de periodistas que se han preocupado porque se profesionalice el manejo de los términos y no solo reproducir como antes, únicamente los informes oficiales del Ejército y la Policía. “Antes era una guerra desigual ya que uno informaba sólo de la fuente oficial”.
Villamizar cree que las dificultades de comunicación con la guerrilla se deben a que esta piensa que los periodistas están de alguna manera al servicio del estado y los gobiernos y no que son neutrales entre los actores.
“Los medios deberíamos informar sobre la guerra igual, es decir, tener declaraciones tanto del Ejército como de la guerrilla, pero eso no pasa, porque hay dificultades en la comunicación con la guerrilla. Uno no tiene ninguna base legítima para publicar todo lo que dice la guerrilla porque no tenemos como comprobarlo.
Uno tiene que tener criterio para cubrir el conflicto. Uno no puede ir publicando amenazas, apologías, cosas terroristas. Por eso ellos tienen sus propios medios de información, entonces uno no tiene por qué servirle a ninguna fuerza. Muchas veces cuando se reproduce lo que informa o denuncia el ejército se cae en errores.”
Por su parte, la reportera judicial de Caracol Radio, Rocío Franco, cree que los términos para referirse a los actores y momentos del conflicto colombiano han cambiado a través del tiempo y para evitar confusiones es mejor utilizar los términos adecuados.
“Para informar sobre el conflicto hay que utilizar un lenguaje neutro que describa a los actores como lo que son, grupos armados ilegales al margen de la ley. Incluso la rebelión es porque ellos quieren llegar al poder del Estado por medio de las armas. Uno como periodista debe ser cuidadoso y no caer en la utilización de tonos provocadores a la de informar. Uno no tiene ese poder de afirmar determinadas cosas. El medio le permite a uno ser independiente y así obrar con la mayor objetividad posible. Yo no puedo difundir mi análisis, porque yo debo estar en ese punto medio, pero el medio si ofrece espacios para hacer análisis. En la radio se utiliza la contratación de fuentes y se informa sobre las dos partes en conflicto, y el análisis se deja a los oyentes en mi caso.
El periodista debe saber estar en el doble juego del conflicto y debe saber manejar los intereses de los actores a partir de su protección, el periodista debe protegerse en el lenguaje que utiliza, en la consulta de las fuentes y tratar de tener el respaldo algo para poder informar sobre el conflicto.”
Analizar la entrevista a estas dos periodistas da bases para contrastar la hipótesis inicial que plantea este ensayo con la realidad actual del cubrimiento periodístico del conflicto colombiano. La función de las agendas de estilo y manuales de redacción buscan que el periodista utilice los parámetros internacionales a la hora de informar sobre el conflicto.
Los actores del conflicto y las personas que a diario se preparan para informar sobre este deben conocer la historia y los cambios que han ocurrido hasta el momento. La mala utilización de términos en discursos puede generar confusiones y herir susceptibilidades, más cuando se intenta enmarcar un conflicto en los parámetros internacionales para iniciar un proceso de paz.